Libros Islámicos

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No Pudieron Responder

Tras Îsâ [Jesus], ‘alaihis salâm, sus seguidores se desviaron de la creencia verdadera que les había enseñado, del mismo modo que lo habían hecho antes los Hijos de Israel. Con el paso del tiempo escribieron unos libros llamados los Evangelios, además de otros varios sobre el cristianismo casi a diario. Varios Concilios celebrados en diferentes lugares tomaron decisiones absolutamente contradictorias, algo que propició la aparición de sectas diferentes. Abandonaron por completo el principio del tawhîd y la religión de Îsâ, ‘alaihis salâm [convirtiéndose en politeístas e incrédulos]. Ante esta situación, Allâhu ta’âlâ envió a la Tierra a Muhammad, sallallâhu alayhi wa sallam, Su más amado, encumbrado y el último de los Profetas.

Como podrá verse en varias partes del libro, los sacerdotes no pudieron responder las preguntas que se les hacían. Por esta razón hemos considerado apropiado para este libro, el título ‘No pudieron responder’. Los contenidos acientíficos, irracionales e inmorales de las copias de la Sagrada Biblia de nuestros días, son más que evidentes. Por otro lado, los escritos de los ‘ulama, que iluminan la razón, el conocimiento la ciencia y la civilización, abundan en las bibliotecas del mundo. No ser conscientes de este hecho no es más que una débil excusa. 

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NO PUDIERON RESPONDER

PRÓLOGO

 

¡Sea dado el hamd (1) a Allâhu ta’âlâ! ¡Saludos y bendiciones sean dadas a nuestro Profeta Muhammad, sallallâhu ‘alayhi wa sallam, el Profeta más encumbrado, a su Ahl al-Bait pura, y a todos los que tuvieron el honor de ser sus Compañeros (Ashâb)!

Desde los tiempos de Âdam, alaihis-salâm, el primer ser humano y el primer Profeta, Allâhu ta’âlâ ha enviado a la humanidad y a lo largo de miles de años, una nueva religión mediante un nuevo Profeta que vino con una Sharî’at determinada. Valiéndose de estos Profetas, Él ha mostrado a los seres humanos la forma de vivir en paz y con bienestar en este mundo y de conseguir la felicidad eterna en la Otra Vida. Los Profetas con los que fue revelada cada nueva religión reciben el nombre de Rasûl. Los Rasûl más elevados se llaman Ulul’azm. Son Âdam, Nûh (Noé), Ibrâhîm, Mûsâ (Moisés), Îsâ (Jesús), y Muhammad, ‘alaihimus-salâtu was-salâm.

En nuestros días existen en el mundo tres religiones basadas en Libros Celestiales: Mûsawî (Judaísmo), Cristianismo, y el Islam. La Torah fue revelada a Mûsâ, ‘alaihis salâm, y el Inŷil a Îsâ, ‘alaihis salâm. Los judíos dicen que siguen la religión que fue revelada a Mûsâ, ‘alaihis salâm, y los cristianos dicen que siguen la de Îsâ, ‘alaihis salâm.

El Qur’ân al-karîm fue revelado al último Profeta, Muhammad, salla-llâhu ‘alayhi wa sallam. El Qur’ân al-karîm ha invalidado las normas de los otros libros divinos; es decir, ha abrogado algunas y ha incorporado otras. En nuestros días todo el mundo debe obedecer al Qur’ân al-karîm. En el mundo de hoy en día no existe un solo país que tenga copias originales de la Torah o del Inŷil. Esos Libros Celestiales fueron corrompidos por la intervención del ser humano.

Todos los Profetas, desde Âdam, ‘alaihis salâm, hasta el último Profeta, Muhammad, sallallâhu ‘alayhi wa sallam, enseñaron el mismo îmân (creen-cia), y especificaron los principios en los que debía creer su Umma (Comunidad). Los judíos creen en Mûsâ, ‘alayhi salâm, pero niegan a Îsâ y Muhammad, sallallâhu alayhi wa sallam. Los cristianos creen en Îsâ, ‘alaihis salâm, pero tampoco creen en Muhammad, sallallâhu ‘alayhi wa sallam. Los musulmanes, por el contrario, creen en todos los Profetas y saben que tienen cualidades superiores que los diferencian del resto de la gente.

(1) Alabanza y gratitud.

La religión verdadera de Îsâ, ‘alaihis salâm, fue pronto cambiada de forma ignominiosa por sus adversarios. Un judío llamado Paulus (Pablo de Tarso), que afirmaba creer en Îsâ, ‘alaihis salâm, y pretendía difundir la religión Îsâwî, vulneró el Inŷil que había sido revelado por Allâhu ta’âlâ. Con el paso del tiempo se introdujo la doctrina de la Trinidad en la religión Îsâwî, esta-bleciéndose así una doctrina irracional e ilógica: Padre-Hijo-Espíritu Santo. Al no existir copias del Inŷil original, cierta gente compuso libros con el nombre de Evangelio. El Concilio que se reunió en Nicea en el año 325 d.C., invalidó cincuenta de los cincuenta y cuatro libros llamados Evangelios. Los cuatro que quedaron fueron los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Las mentiras de Pablo y la teoría de la Trinidad, propuesta por Platón, fueron insertadas en estos Evangelios. Un apóstol de nombre Bernabé escribió una relación verídica de lo que había visto y oído decir a Îsâ, ‘alaihis salâm, pero el Evangelio de Bernabé fue hecho desaparecer.

Constantino el Grande, que antes había sido pagano, se convirtió al cristianismo en el año 313 d.C. Ordenó que todos los Evangelios se compilaran en uno solo, pero el Concilio aprobó cuatro en el que se introdujeron un cierto número de antiguos elementos paganos. Constantino estableció que el comienzo del año nuevo fuera la noche de la Navidad y el cristianismo se convirtió en la religión oficial. [En el Inŷil de Îsâ, ‘alaihis salâm, y en el Evangelio de Bernabé, se decía que Allâhu ta’âlâ es Uno]. Atanasio, Obispo de Alejandría, era trinitario. Un sacerdote de nombre Arrio dijo que los cuatro Evangelios estaban equivocados, que Allâhu ta’âlâ es Uno y que Îsâ ‘alaihis salâm, no es Su hijo, sino Su esclavo creado y Su Profeta; pero no quisieron escucharle llegando a excomulgarlo. Arrio difundió el unitarismo pero no vivió mucho tiempo. Durante muchos años los partida-rios de Atanasio y los de Arrio lucharon entre sí. Con el paso del tiempo se celebraron un cierto número de Concilios que introdujeron nuevos cambios en los cuatro Evangelios ya existentes.

En 1054 d.C. la Iglesia oriental se separó de la Iglesia de Roma. Los cristianos que la seguían recibieron el nombre de católicos y los seguidores de la Iglesia oriental [Constantinopla, Estambul] fueron llamados ortodoxos.

En el siglo XVI, el sacerdote alemán Martín Lutero [1483-1546] se rebeló contra el Papa León X. En 1517 fundó la Iglesia Protestante. Este mismo sacerdote atentó de forma abominable contra la religión islámica. Martín Lutero y Calvino cambiaron aún más el cristianismo, produciendo una religión irracional e inverosímil.

La luz que iluminó a los europeos que procedía de los musulmanes de Al-Andalus, hizo surgir en Europa un movimiento renacentista. Con-forme aprendían las ciencias de la naturaleza, muchos jóvenes científicos de Europa se rebelaron contra el cristianismo que estaba plagado de conceptos absurdos e invenciones carentes de lógica. Los ataques contra el cristianismo no eran aplicables al Islam porque, desde el primer día de su formulación, la religión islámica ha conservado su pureza más absoluta, sin contener conceptos o informaciones que sean contrarias a la razón, la lógi-ca o el conocimiento. El Qur’ân al-karîm ha sido conservado tal y como fue revelado sin que fuera cambiado un solo signo de puntuación.

A fin de propagar las creencias cristianas y convertir a otros pueblos, los europeos, liderados por los británicos, fundaron organizaciones misioneras. Estas organizaciones eclesiásticas y misioneras, que se habían convertido en las más poderosas del mundo por sus medios económicos, iniciaron una actividad que superaba todo lo razonable. A fin de propagar el cristianismo por los países musulmanes, fomentaron una creciente hostilidad contra el Islam. Enviaron a todos los rincones de los países musulmanes miles de libros, fascículos y revistas alabando el cristianismo. Y ahora, libros, revistas y panfletos que enseñan el cristianismo, se distribuyen sin cesar por el mundo entero para intentar confundir nuestras mentes y erosionar nuestras creencias.

Los ‘ulama (eruditos islámicos) han refutado todas las opiniones, ideas y pensamientos filosóficos contrarios a la creencia islámica, al tiempo que han dado a conocer los errores del cristianismo corrompido. Han declarado que no es posible seguir libros alterados e invalidados y han explicado que, para vivir en paz y con bienestar en este mundo y alcanzar la felicidad eter-na en la Otra Vida, es necesario ser musulmán. Los sacerdotes cristianos no han podido refutar los libros de los ‘ulama. Los textos escritos por estos últimos para refutar las religiones desviadas son numerosos. Entre ellos, los siguientes son muy conocidos por sus alegatos contra los cristianos:

‘Tuhfat-ul-arîb’, en árabe y turco; ‘Diyâ-ul-qulûb’, en turco e inglés; ‘Iz-hâr-ul-haqq’, árabe y turco; ‘As-sirât-ul-mustaqîm’, árabe; ‘Izâh-ul-marâm’, turco; ‘Mîzân-ul-mawâzîn’, persa; ‘Irshâd-ulhiyârâ’, árabe; y ‘Ar-radd-ul-dŷamîl’, árabe y francés.

Diyâ-ul-qulûb, escrito por Ishaq Efendi de Harput (2) refuta en concreto las calumnias y escritos erróneos escritos contra el Islam por los sacerdotes protestantes. Este libro fue publicado por primera vez en Estambul el año

(2) Ishaq Efendi de Harput falleció el año 1309 H. [1891 d.C.].

1293 H. [1876 d.C.]. Nosotros publicamos en turco una forma resumida del libro en 1987. Ahora presentamos esta edición en español. Hemos uti-lizados paréntesis cuando se añaden declaraciones que proceden de un segundo texto. Como podrá verse en varias partes del libro, los sacerdotes no pudieron responder las preguntas que se les hacían. Por esta razón hemos considerado apropiado para este libro, el título ‘No pudieron responder’. Los contenidos acientíficos, irracionales e inmorales de las copias de la Sagrada Biblia de nuestros días, son más que evidentes. Por otro lado, los escritos de los ‘ulama, que iluminan la razón, el conocimiento la ciencia y la civilización, abundan en las bibliotecas del mundo. No ser conscientes de este hecho no es más que una débil excusa. Los que buscan una religión diferente a la que trajo Muhammad, sallallâhu ‘alayhi wa sallam, no podrán eludir el tormento eterno en la Otra Vida. En nuestro libro, los significados de un âyat-i-karîma se explican diciendo: “Da a entender que…”, “declara que…”, “significa que…”, etc. El significado de estas expresiones es: “Según la explicación de los ‘ulama especializados en la interpretación coránica (tafsîr)… ”. Puesto que los significados de las âyat-i karîma solo los conocía el Rasûlullah, sallallâhu alaihi wa sallam, que se los explicaba a sus Ashâb. Los ‘ulama del tafsir diferenciaban entre estos hadîz-i-sharîf (que explicaban las âyat-i-karîma) y los hadîz-i-sharîf inventados por los munâfiq, mulhid y zindiq, que no podían encontrar un hadîz-i-sharîf que respaldara sus pretensiones y hacían sus propias interpretaciones de las âyat-i-karîma siguiendo los principios de la ciencia del tafsîr. Las inter-pretaciones de esta gente ignorante que sabiendo árabe desconocen la ciencia del Tafsîr, no pueden ser consideradas como Tafsîr del Corán. Por este motivo, hay un hadîz-i-sharîf que declara: “El que interpreta el Qur’ân al-karîm basado en sus propias deducciones se convertirá en kâfir”.

¡Pedimos a Allâhu ta’âlâ que nos conceda la buena fortuna de obedecer al maestro de este mundo y de la Otra Vida, Muhammad, sallallâhu alaihi wa sallam! ¡Le pedimos que nos impida creer en las ideas erróneas y la propaganda de los misioneros y, más en concreto, las de esos herejes que se llaman ‘Testigos de Jehová! Âmîn.

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