(Muhammad Emîn Hobohn es diplomático y misionero. Es un hombre alemán de conocimiento y religión con una carrera social).
Él explica este hallazgo de la siguiente manera;
¿Por qué los europeos abandonan su religión y se hacen musulmanes? Tiene varias razones. Entre ellos está el ‘Haqq=Verdad; Bien; Realidad’. Los principios en los que se basa el Islam son tan lógicos, tan verdaderos y honestos que es imposible que una persona sabia y educada que busca la verdad y la realidad en una religión no los acepte.
Por ejemplo, la religión islámica profesa la existencia de un dios. Apela al sentido común humano, y nunca desciende a inculcar supersticiones a las personas. La religión islámica establece que las personas de todo el mundo, independientemente de su raza, son esclavos natos de Allâhu ta’âlâ, iguales y similares. Nosotros, los alemanes, creemos esencialmente en el hecho de que Allâhu ta’âlâ es un gran creador que nos da poder y energía y que guía nuestras almas hacia la perfección. El concepto de Alá nos infunde seguridad y paz. Sin embargo, la religión cristiana no logra darnos esta sensación de paz. Es la religión islámica, sola, la que nos enseña la grandeza de Allâhu ta’âlâ y la que, al mismo tiempo, nos guía con respecto a dónde irá el alma humana después de la muerte. La religión islámica nos guía no sólo en el mundo, sino también en el Más Allá. Enseña de manera sencilla y lógica lo que debe hacerse en el mundo en preparación para una vida cómoda en el Más Allá. La conciencia del hecho de que Allâhu ta’âlâ someterá a los seres humanos a un interrogatorio equitativo en el Más Allá sobre lo que han hecho en el mundo, los instará a que deben respetar la justicia y la integridad en el mundo. Por esta razón, los verdaderos musulmanes nunca intentan hacer algo antes de pensar bien y estar firmemente convencidos de que lo que van a hacer es realmente algo útil. De ese modo, esta gran religión establece un control sobre los seres humanos en un grado tal que no podría ser manejado por ninguna organización policial mundana, y los mantiene permanentemente en el camino correcto.
Otro aspecto que hace del Islam una opción atractiva a los ojos de los europeos son sus normas de culto. El namâz (las cinco oraciones rituales diarias) enseña puntualidad a las personas, y el ayuno les infunde un fuerte sentido de la fuerza de voluntad. ¿Qué otro factor podría ser tan esencial para el éxito en la vida como la puntualidad y la determinación? Los grandes hombres deben sus logros sólo a estos dos determinantes.
Ahora llego al aspecto más hermoso de la religión islámica: mientras educa a las personas en las áreas éticas y humanísticas en los estilos más lógicos, la religión islámica nunca los obliga más allá de sus capacidades. Al contrario, les ofrece muchas oportunidades para llevar una vida próspera y cómoda. Allâhu ta’âlâ desea que la gente viva con comodidad y felicidad. Con este fin, Él manda a las personas a no cometer pecados. Los musulmanes creen que están perpetuamente en la presencia de Allahu ta’ala. Evitan cometer pecados.
Ni en las demás religiones ni en ninguno de los sistemas establecidos en Europa hay otra disposición tan hermosa ni tan útil como ésta. He estado en muchos lugares y distritos del mundo en misiones diplomáticas y religiosas. He estudiado minuciosamente otras religiones y sistemas sociales. No he visto una religión ni un sistema social tan impecable o tan inmaculado como el Islam.
El único sistema perfecto e intachable es el Islam. Es por esta razón que muchas personas con sentido común y razonamiento perfecto aceptan el Islam sin dudarlo. Y yo también. El Islam es una religión práctica, no teórica. Islam significa sumisión a Allâhu ta’âlâ, que es compasivo y perdonador y que siempre muestra el camino correcto.
